La inteligencia artificial (IA) está entre nosotros, en la ciudad, aunque no todo el mundo se percate de ello. Entre quienes sí lo hacen, hay temores, inquietudes y hasta alguna esperanza. Hay quien teme la irrupción de la inteligencia artificial por sus efectos sobre el mercado de trabajo, o los precios, o la democracia. No les falta razón para ello, pero pensemos que lo verdaderamente aterrador no es la irrupción de las máquinas, sino que acabemos trabajando para ellos en lugar de que ellas trabajen para nosotros y por nosotros.
En el caso del impacto de la robotización sobre el trabajo, mi intución es que la inteligencia artificial elimina empleos sobre todo en aquellos países o industrias en los que no se usa. Los países con menos desempleo son también líderes en inteligencia artificial. Y las compañías líderes en inteligencia artificial como Amazon, o Google, no paran de aumentar su número de empleados (en el caso de Amazon, de 11 empleados en sus inicios a más de 600.000 en la actualidad.) En cualquier caso, se necesitan hoy pensadores que comprendan la tecnología y la usen para liberarnos, no para meternos miedo. Que sitúen la filosofía y la política de nuevo en la vanguardia.
De la desprotección argumental frente a nuevos fenómenos (como la IA) en que los gestores urbanos se hallan doy cuenta en mi estudio sobre Toronto Tomorrow, ese gran experimento frustrado de uso intensivo de la tecnología y la inteligencia artificial en la ciudad. En él explico, por ejemplo, cómo la fillial de Google Sidewalk Labs utiliza la inteligencia artificial para optimizar la edificabilidad de sus apartamentos sin que tal eficiencia redunde en bajadas de precios para el usuario, sino que todo el ahorro en costes pasa a engrosar los márgenes inmobiliarios de la compañía.
Sin embargo, en Viena su ayuntamiento la usa para agilizar la concesión de licencias urbanísticas. En una ciudad que entre 2004 y 2019 ha ganado a razón de 20.000 habitantes por año, la celeridad en obtención de permisos de edificiación, un intrincado proceso que puede superar el año de espera, se antoja clave para que la burocracia municipal y las necesidades de crecimiento de la ciudad estén alineados. En el departamento de urbanismo de la ciudad austríaca, la nteligencia artificial se combina con tecnologías como realidad aumentada o BIM (del inglés Building Information Modelling, tecnología que permite un preciso modelado en 3D de los edificios), para «aprender», como si de un opositor se tratara, las normas urbanísticas que aplican a cada solar y resolver eficientemente el trabajo mecánico de comprobar que los proyectos se ajustan al marco normativo.
Una IA al servicio de la ciudadanía
La inteligencia artificial se entremezcla en la ciudad con otras tecnologías que también están ya entre nosotros: el Big Data es el catálogo de conocimientos previos que la entrena y del cual aprende. la conectividad 5G e Internet de las Cosas constituyen el sistema nervioso y los sensores para captar esos datos. Los drones, los coches autónomos, los pedidos que nos llegan a casa cada vez más rápido, o las series, películas y canciones que nos descubren nuestros proveedores de contenidos para disfrutar en el sofá, utilizan inteligencia artificial. Junto a sus innegables ventajas, la inteligencia artificial tiene también sesgos y riesgos.
El Ayuntamiento de Amsterdam, por su parte, consciente del escándalo que en su país hizo dimitir al Gobierno por un indebido uso de la inteligencia artificial en la persecución del fraude en la obtención de ayudas sociales, ha publicado un registro público de servicios y algoritmos utilizados a nivel municipal. De esta forma se cumple uno de los derechos básicos de la ciudadanía: saber si el servicio que está recibiendo se presta mediante la inteligencia artificial. Algo que también ha hecho el Ayuntamiento de Helsinki, quien define este servicio como «una ventana» para que la ciudadanía escudriñe los sistemas de inteligencia artificial municipales y ayude al propio ayuntamiento a construir una inteligencia artificial centrada en el ser humano.
Foro Conocimientos Híbridos en Etopia
En Etopia (Zaragoza), nos hemos propuesto reflexionar de manera práctica sobre cómo se usa la inteligencia artificial en la ciudad. Por eso hemos diseñado un extenso e intenso programa que se despliega a lo largo de 4 jornadas, desde el 30 de Junio hasta el 3 de Julio próximos. El foro «Conocimientos Híbridos» se articula en 5 ejes:
- Ciudad Digital, Gracias a dos organizaciones de referencia, como el think tank OdiseIA y la Coalición de Ciudades por los Derechos Digitales (CC4DR), esa gran alianza liderada por Amsterdam, Barcelona y Nueva York (y donde también estáZaragoza), podremos contar con la participación de técnicos de los ayuntamientos de Amsterdam, Nueva York, o Londres, y podremos conocer interesantes experiencias prácticas de nuestro país en ciudades como Madrid, Barcelona, Bilbao o Zaragoza. Conoceremos ámbitos de aplicación urbanos que van desde el reparto de última milla hasta la atención ciudadana, pasando por el fomento del pequeño comercio, o la edificación.
- Industria, donde contaremos con algunas de las empresas líderes en inteligencia artificial a nivel mundial, como Amazon.
- Educación, con destacados expertos y, además, la impartición de talleres para los más pequeños sobre el uso de la inteligencia artificial.
- Ética y Humanidades, donde se trabajarán los sesgos de género o racial a través de talleres prácticos y documentales, así como a través de diálogos con pensadores de la talla de Daniel Innerarity o Manuel G. Bedia.
- Arte, con la visita a dos exposiciones en el propio centro: VisionarIAs y «Arquitecturas Imaginadas», exposición creada expecialmente para el evento.
Visionarios
Parafraseando a los situacionistas, «aquellos que desdeñan a las máquinas y quienes las glorifican muestran la misma incapacidad para usarlas». En Etopia, un centro de emprendimiento, creatividad innovación en la ciudad digital, hemos dedicado 2021 a la inteligencia artificial porque queremos animar a servirnos de ella para construir una ciudad mejor. Si las ciudades son productoras de innovación, hoy eso significa producir también inteligencia artificial. En Etopia nos tomamos en serio nuestra misión es conectar la innovación y la tecnología con la ciudadanía. De esta manera, comprendiendo y participando de ella, tratando de que nuestros chavales sean creadores de tecnología, la ciudadanía puede aspirar a recoger sus frutos. De lo contrario, los beneficios de la tecnología los cosecharán fundamentalmente otros, quedando la ciudadanía expuesta sobre todo a sus riesgos. Este verano, hemos activado un itinerario específico sobre inteligencia artificial en las colonias urbanas más visionarias de la ciudad: Etopia Kids.
Desde las instituciones es necesario abordar la automatización con visión y luces largas. El Gobierno español ha creado una Secretaría de Estado para la Digitalización y la Inteligencia Artificial, el Gobierno de Aragón ha promovido a través del Instituto Tecnológico de Aragón un «hub» de innovación digital (DIH, en inglés) que aspira a liderar la transformación productiva de Aragón en torno a esta tecnología, y el Ayuntamiento de Zaragoza está también considerando su aplicación para la revitalización del pequeño comercio. Que las tres máximas representantes institucionales de estas iniciativas, Carme Artigas, Maru Díaz, y Carmen Herrarte, apoyen y participen en Conocimientos Híbridos, es todo un espaldarazo a nuestra iniciativa.
Falsos mitos sobre la inteligencia artificial
El primero de ellos, sobre la superioridad de las máquinas. Como escribí en mi reseña sobre el libro de Tyler Cohen «Average is Over», las máquinas pueden batir a los humanos en multitud de tareas. Una de ellas es el juego del ajedrez. Sin embargo, lo verdaderamente imbatible es un humano trabajando codo con codo con una máquina. Ya sea ajedrez, bolsa o neurocirugía, cuando las personas se compenetran bien con las máquinas son imbatibles tanto por otras personas como por otras máquinas.
El segundo mito es el pensar que la inteligencia artificial sirve para todo y es superior a cualquier tecnología computacional. En algún sitio leí que hay dos maneras de conseguir que un cohete espacial llegue a la Luna, uno de los retos más difíciles de la tecnología: con programación clásica de cálculo de trayectorias o con un algoritmo de inteligencia artificial bien entrenado capaz de sortear las dificultades del camino. Todas las agencias espaciales utilizan el primer método. Por algo será.
De éstas y de muchas otras cuestiones hablaremos a partir del 30 de Junio en Conocimientos Híbridos.
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Foto de Fahrul Azmi vía Unsplash
