Escrito por 18:09 Blog, Datos urbanos

Datos urbanos en movimiento

Los datos urbanos pueden usarse para diseñar mejores servicios públicos por parte del nivel de los departamentos municipales. O como herramienta de detección de problemas y apoyo a la decisión por parte del nivel político. O como detector de oportunidades de negocio, en conexión con el tejido emprendedor local.

Datos cuadro de mando movilidad

La ciudad, uno de los mejores inventos de la humanidad. Un sofisticado artefacto social cuyo diseño y re-configuración son cada vez más participativos, y cuya comprensión es objeto de creciente atención por parte de todo tipo de disciplinas: cívicas, humanísticas, artísticas, técnicas y científicas. En todo este proceso, los datos urbanos juegan un papel esencial, pues en ellos se encuentran las trazas y patrones que definen la vida urbana: cómo nos movemos, relacionamos, consumimos, o disfrutamos. Con objeto de poner nuestro grano de arena para democratizar este conocimiento, de contribuir a hacerlo relevante y comprensible para la ciudadanía, en Etopia ponemos a disposición de los creadores visuales 5 años de datos de la movilidad urbana, interurbana y ciclista y convocamos al 1er Hackathón de Visualización de la Movilidad en Zaragoza.

¿Por qué en Etopia? Porque Etopia lo diseñamos para ser el punto de encuentro entre arte y tecnología, pero también porque la misión del centro consiste en actuar como «centro de creatividad, innovación y emprendimiento en la ciudad digital». Y los datos urbanos son esa infraestructura invisible digital que todos creamos con nuestras acciones diarias. Una infraestructura que, de no mediar una acción pública decidida, queda oculta, sin poderse utilizar para el bien común. Sí, hay demasiado potencial en los datos urbanos como para no ser utilizados de palanca para mejorar la vida de la gente, a muchos niveles.

Por ejemplo, los datos urbanos pueden usarse para diseñar mejores servicios públicos por parte del nivel de los departamentos municipales. O como herramienta de detección de problemas y apoyo a la decisión por parte del nivel político. O como detector de oportunidades de negocio, en conexión con el tejido emprendedor local. O para que nuestra comunidad científica haga mejores investigaciones. Los ayuntamientos tienen que dar un paso adelante en la recogida, análísis y gobernanza de los datos porque, de no hacerlo, la distancia que nos separa de las grandes corporaciones que sí lo hacen no hará más que agrandarse. La brecha del dato es una manifestación más de la brecha digital, sólo que, en lugar de separar individuos, separa organizaciones. A un lado, las que saben usar los datos para crear valor. A otro, las que no. Defender lo público es procurar que sus instituciones estén en ese lado de la brecha donde se crean mayores oportunidades.

El asunto del uso de los datos para el bien común me parece esencial. Fue objeto en 2015 de mi tesina en el Máster de City Sciences, consultable aquí en inglés bajo la forma de una «Guía para un partenariado público-privado de compartición de big data urbano». Un trabajo que, tres años después, debería retitular como «Guía para un sistema público-privado de compartición de conocimiento » (entre las diversas organizaciones que juegan en el ámbito de la ciudad, se entiende). Compartir conocimiento parece más sensato que compartir datos.

Fue en esa misma dirección también en la que, dentro del equipo de proyectos europeos municipal, enfocamos la contribución al proyecto europeo Citykeys, en 2016, en este caso para configurar una herramienta que sirviera para detectar «agujeros» en las políticas públicas que llenar después con nuevos servicios. En la misma línea, ya en 2017, se consiguió atraer para Zaragoza la celebración del Foro de Sociedad del Conocimiento de Eurocties (KSF), sobre «datos urbanos y co-creación», con el objetivo de conectar esos datos con la participación ciudadana. Y, finalmente, en 2018, lanzamos la Tarjeta Lazo, anónima, interurbana. intermodal, y una rica fuente futura de información sobre el uso del transporte público. En paralelo, cuando hablo con políticos (y entramos muy pronto en fase de nuevas elecciones), no dejo pasar la oportunidad de transmitir la idea.

«El Periscopio» es el nombre provisional que le hemos dado al proyecto. No es el mejor, pero al menos sirve para darle forma y coherencia narrativa a estas acciones, para que no parezcan tan desperdigadas o  fruto de la improvisación (probablemente ambas cosas sean ciertas). Ojalá el próximo hackathón de visualización sea un hito importante hacia ese mínimo producto viable de «El Periscopio», y que en el próximo KSF a celebrar en Octubre en Zaragoza podamos mostrar creativas visualizaciones de la movilidad en nuestra ciudad que despierten ese interés por un mejor uso de ese «big data urbano» inexplorado.

Nos ayuda mucho en esta andadura el Consorcio Metropolitano de Transportes, el equipo de la Tarjeta Ciudadana de Zaragoza (del que también formo parte), el BiFi de la Universidad de Zaragoza, La Ciclería y artistas visuales como Néstor Lizalde. Además, importantes grupos de investigación de la universidad pueden aportar su inmenso conocimiento y buen hacer: el GEOT, que conoce y mapea la ciudad palmo a palmo, el I3A con sus tecnologías de cartografía, o el mencionado BiFi y su ciencia ciudadana y de analítica de datos, por citar sólo algunos. Por si fuera poco, tenemos la suerte de tener en Etopia a los César Labs, y sus investigaciones sobre nuevos interfaces, o una fachada LED capaz de proyectar ese pulso de la ciudad a un kilómetro de distancia, o las dos incubadoras (La Terminal y CIEM Zaragoza) con su potencial de conexión emprendedora, o el socio preferente en todo este viaje por la innovación que representa la Fundación Ciudad del Conocimiento.

Y, por supuesto, el Open Urban Lab donde, en el momento en el que podamos conectar de un modo sencillo los datos urbanos con la co-creación ciudadana, estamos seguros de que se multiplicarán las posibilidades de diseño de mejores servicios urbanos. Nos gustaría mejorar las aportaciones que desde el Laboratorio hacemos para una mejor Zaragoza, tanto a nivel de capacidades, herramientas, metodología y conocimiento. No mucha gente sabe que, de entre todas las iniciativas funcionales de Etopia que contiene su libreto fundacional, hay una que aún está por desarrollar. Se llama IDUD (Instituto para el Diseño Urbano Digital), y fue sugerido por uno de los mejores grupos de pensadores urbanos que se hayan juntado en la historia reciente: el Comité Internacional de Expertos de Zaragoza. Manuel Castells, Saskia Sassen, Sir Peter Hall, Pekka Himamen, Michael Joroff, Dennis Frenchman, Ángela López, William J. Mitchell, François Bar y Veronique Kleck.

Ése es el objetivo en el horizonte al que «El Periscopio» apunta. Como hito inmediato, este próximo sábado, tenemos hackathón.

Foto de Benjamin Child vía Unsplash

Artículo publicado bajo licencia Creative Commons de cultura libre. Algunos derechos reservados.

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Last modified: 16/02/2021
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