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Las predicciones de Jane Jacobs para Detroit

Jane Jacobs Detroit

Casi una década después de su muerte, la sombra de Jane Jacobs sigue creciendo a medida que intelectuales y profesionales de lo urbano descubren (y veneran) su aguda comprensión del funcionamiento de las ciudades. Debemos a Jane Jacobs la hazaña de situar al ser humano en el centro del urbanismo, en una época en que las ciudades se planificaban, diseñaban y construían para los coches.

Jane Jacobs escribió sus libros más conocidos durante la época de esplendor de Detroit. Sus ideas disruptivas eran producto de la observación minuciosa, el razonamiento profundo y el romanticismo ingenuo. Al igual que las teorías de Einstein sobre la relatividad llegaron demasiado pronto para ser probadas, las ideas de Jane Jacobs sobre las ciudades se formularon con décadas de antelación. Cincuenta años después, urbanistas de todo el mundo ven con asombro cómo se han materializado sus predicciones.

Auge y caída de Detroit

«Muerte y vida de las grandes ciudades americanas» es uno de los mejores libros que se han escrito sobre ciudades. El libro anticipa el camino que emprendieron Detroit y otras ciudades industriales del cinturón del óxido una década después, y su colapso final.

En la segunda parte del libro, Jacobs habla de que la única garantía de éxito para nuestros barrios y ciudades es fomentar la diversidad de usos. La mezcla de usos primarios: oficinas, vivienda, cultura, ocio, parques, etc… es clave para que nuestros barrios sean ricos en actividad y vida.

Jacobs estudia los factores que destruyen la diversidad y la vida de las ciudades. Las cicatrices urbanas: ferrocarriles, autopistas, muelles industriales, las llamadas «fronteras del vacío»… pueden ser letales para la vida urbana ya que cortan la comunicación peatonal entre barrios, provocando en su entorno una progresiva decadencia de la actividad económica. El urbanismo de Detroit se hizo pensando en la industria del motor. Distritos de mono-cultivo, falta de densidad urbana, autopistas y vías férreas destinadas a trasladar a la gente hacia y desde las fábricas. Un urbanismo que expulsa hacia la periferia, con la ciudadanía siendo progresivamente desalojada de los límites administrativos de la ciudad hacia los «suburbios», y un centro urbano que pierde progresivamente actividad comercial. Y con ello, impuestos. Una espiral mortal.

Industrias, impuestos, actividad comercial, inmobiliaria, construcción… todos los sectores de la economía (por no hablar del turismo, casi un sarcasmo en Detroit) perdiendo terreno en un efecto dominó, y llevando finalmente a convertir a Detroit en la primera ciudad en entrar en bancarrota a principios del siglo XXI.

La economía urbana de Detroit

Casi una década después de publicar su revolucionaria obra «Muerte y vida de las grandes ciudades americanas», Jane Jacobs publicó en 1969 «La economía de las ciudades», un intento de explicar de forma sencilla cómo se genera la riqueza urbana.

La idea central del libro es bastante sencilla: según Jacobs, sólo la innovación es un motor sostenible para crear riqueza y alimentar la expansión de la economía de una ciudad, ya que sólo la innovación es capaz de crear productos y servicios que puedan ser exportados por la ciudad y, por tanto, financiar no sólo unas condiciones de vida urbana aceptables, sino también el desarrollo de nuevas innovaciones. Sostiene que las grandes empresas son el producto de un pasado creativo, no la garantía de un futuro innovador, y nos previene contra los urbanistas y políticos que configuran la economía y diseñan el paisaje urbano y las infraestructuras pensando únicamente en esas grandes empresas. La huella del pasado creativo de Detroit fue la exitosa ciudad de los años 60, donde (como en Florencia durante el renacimiento) el exceso de capital y talento pudo impulsar expresiones artísticas como la industria discográfica Motown.

Pero, quizá nuestro capítulo preferido sea «Las valiosas ineficiencias de las ciudades». En él, Jacobs sostiene que el tamaño máximo de una ciudad es una magnitud relativa, que varía con el progreso tecnológico y aumenta en función del tiempo. Pero el crecimiento real de una ciudad es también un espejo de su éxito. La dramática pérdida de población de Detroit en los últimos cuarenta años es una medida del fracaso de una ciudad para seguir siendo innovadora, y el vaciado de su centro urbano es el espejo de una estrategia de planificación urbana profundamente equivocada y de una comprensión errónea del funcionamiento de la economía urbana.

Muy a menudo, argumenta Jacobs, la innovación se produce en pequeñas empresas creadas por antiguos empleados de corporaciones más grandes que deciden aventurarse en sus propios negocios, posiblemente para experimentar o trabajar en ideas innovadoras que no se les permite poner en práctica en sus (estrictas) y grandes corporaciones. Así es precisamente como se creó la industria del motor. Según Jane Jacobs, en el florecimiento de la industria del motor en Detroit (principios del siglo XX), cientos de pequeñas empresas del motor florecían a partir de spin-outs, spin-offs y start-ups del ámbito de la automoción.

El renacimiento de Detroit

Aunque persisten muchos problemas (inseguridad, desintegración del tejido urbano), los bajos alquileres y la disponibilidad de espacio están empezando a cambiar la percepción de Detroit hacia un lugar aceptable para los inversores. La ciudad ha dejado atrás su situación de bancarrota y poco a poco va recuperando terreno. Un siglo después, las start-ups empiezan a florecer de nuevo, esta vez surfeando la ola digital. Es importante, señaló Jacobs, que la ciudad tolere estos procesos de spin-off y que facilite las condiciones necesarias para que la nueva empresa innovadora pueda sobrevivir. Esta es exactamente la idea que subyace en muchas de las incubadoras de start-ups que hoy pueblan nuestras ciudades, y la idea que subyace en Grow Detroit, la iniciativa que aglutina a la comunidad de start-ups de la ciudad.

Con la industria del motor recuperando ventas gracias a la recuperación de las economías occidentales, se están sellando nuevas alianzas entre los viejos gigantes del automóvil y los emprendedores de alta tecnología. En materia de urbanismo, el espíritu de Jane Jacobs planea también sobre el recién proyectado tranvía que, frente a las infraestructuras del pasado destinadas a aislar y desalojar a la gente, atravesará el centro de la ciudad y posiblemente le devuelva la vida.

Que esto conduzca o no a un renacimiento de la vieja y maltrecha Detroit dependerá en última instancia de la capacidad de sus fuerzas gobernantes para mantenerse alejadas de la tentación de volver a poner todos los huevos en la misma cesta. Por el momento, parece que los habitantes de Detroit están recuperando parte de su orgullo perdido, incluso aventurándose tímidamente a organizar su primer paseo de Jane.

Artículo publicado bajo licencia Creative Commons de cultura libre. Algunos derechos reservados.

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Etiquetas: Last modified: 16/04/2023
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